
“El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente”
-Alonso de Ercilla y Zúñiga-
Para que el miedo deje de ser una piedra en tu zapato que no te deja avanzar, te decimos cómo superarlo, así como algunas razones por las que el miedo puede estar arruinando tu vida.
Tarde o temprano estaremos por morir y te lamentarás de no haber cumplido muchas de tus ilusiones. Tendrás una sensación de no haberle sacado jugo a la vida… ¡A tomártela menos en serio!, y es que a veces nos parece imposible pedir perdón, vestirnos de la manera que queremos, robar un beso o simplemente tomarte un día de trabajo.
Existen personas que son exitosas materialmente por el terror a perder lo que les ha costado hacer, y esa es una de las más horribles trampas del ego y la inseguridad personal. Por el contrario, lo mejor, es mantener una actitud optimista y con fe en uno mismo. De lo contrario, puedes entrar en pánico y perder todo lo material más lo emocional.
Si te rodeas de gente fatalista, en su zona de confort, seguro estarás como ellos. A los seres humanos nos encanta sentirnos parte de un grupo y si ese grupo nos pide lo mínimo de nuestro esfuerzo, nos acostumbraremos rápidamente a ver una versión monótona de nosotros mismos.
Por el contrario si tu grupo cercano está conformado con gente positiva en constante crecimiento personal, arriesgando y aprendiendo a levantarse después de un fracaso, seguramente te inyectará más energía vital y restará tus miedos.
Hay infinitas posibilidades en el futuro, incluso más de las que la mente fatalista pueda pensar… Porque no todo será malo.
Aprende a vivir en el presente, el mañana depende de muchísimos factores, incluso de algunos que no están en tus manos.
Recuerda que las crisis de pánico y ansiedad muchas veces comienzan con el “exceso de futuro”.
El mejor remedio para olvidarte de la negatividad e ideas llenas de miedo es la “actividad física”, y no me refiero a que seas triatleta o medallista, me refiero a dejar que el cuerpo camine, se exprese, encuentre un ambiente diferente a estar sentado o parado todo el día.
Un buen baile, un juego con los más pequeños de la casa… Cualquier pretexto es bueno para darle más importancia al momento que al pensamiento.
Cuando detectes que los pensamientos del miedo están invadiendo tu mente, enfócate en lo mejor que te ha pasado en la vida.
Comienza a agradecer mentalmente, en voz alta o escribiendo, esos momentos que te han hecho sonreír.
Deléitate reviviéndolos con lujo de detalle, como si los estuvieras viviendo de nuevo, sólo que esta vez ve agradeciendo por cada una de las personas y las situaciones que sucedieron para que fuera posible.
Ahora sí, la próxima vez que el miedo trate de apoderarse de ti, tienes al menos 6 cosas por hacer antes de que te gane.
No olvides seguirnos en todas nuestras plataformas digitales: