Todo el mundo tiene una voz interior que nos previene y nos aconseja qué hacer. Sin embargo, muy pocos tienen claro si ese mensaje llega para protegernos de una situación o simplemente porque nos aterra la incomodidad de no tener respuestas.
¿Cómo saber si es el miedo el que te hace un nudo en el estómago o si es la intuición protegiéndote energéticamente de un gran error? Aquí te daremos algunas pistas.
La intuición es sutil, relajada
Cuando aparece la intuición por lo regular se hace acompañar de una calma física y mental, es como si de repente tu inconsciente o tu mente te dieran una pausa para reaccionar. “De repente el mejor camino aparece frente a ti” y no tienes duda de seguirlo, mientras que el miedo viene acompañado de sensaciones físicas desagradables como sudoración, pánico, taquicardia, respiración acelerada, etc.
La intuición es una emoción neutra
Cuando tu intuición te traza el camino, tu cerebro no suele hacer preguntas, simplemente te sientes bien tomando la acción que te dicta la intuición. Es un oasis en el que puedes tomar un respiro y ver las cosas desde otro punto de vista. Mientras que el miedo a menudo trae ideas negativas, fatalistas y angustia. Sientes un peso sobre tus hombros y paraliza.
La intuición aparece en el presente, sólo en el presente.
La intuición aparece en el aquí y el ahora y es momentánea. El miedo generalmente tiene que ver con recuerdos de experiencias pasadas desagradables o posibles escenarios futuros. El miedo es resentir emociones negativas que ya viviste o angustiarse por algo que aún no ha sucedido, que regularmente imaginarás como fracaso.
La intuición trata cosas que involucren tu esencia y persona
El miedo está muy relacionado al ego, al sentimiento de no sentirnos suficiente; mientras que la intuición aparecerá en momentos de cosas verdaderamente importantes para tu integridad física, mental y emocional. La intuición no se anda con rodeos y no necesitas llamarla. Simplemente, se siente y se conecta con todo tu ser.
Aprende a escuchar tu intuición
No puedes simplemente encender tu intuición cuando la necesita. Pero si practicas conscientemente con él, puedes aprender a distinguir entre el miedo y la intuición e identificarla más rápido. La conciencia de tus emociones y las reacciones de tu cuerpo son un buen punto de partida. ¿Son negativos y fatalistas? Entonces puedes asumir que el miedo se ha apoderado de ti. Y todos sabemos que no siempre es el mejor consejero.